LIA ,24 años de Varese
¿Por qué eligió el Servicio Civil Universal?
Me gradué el año pasado en educación social y buscaba algo relacionado con mis estudios. En aquel momento, no estaba preparada para saltar directamente al mundo laboral y tenía el deseo de adquirir experiencia en el extranjero, y cuando vi que el Servicio Civil se ajustaba a mis deseos, me lancé.
¿Qué actividades realizó en Uruguay?
Éramos cuatro voluntarios y trabajábamos en un centro educativo (como nuestra escuela primaria) y en un centro para adolescentes excluidos del sistema educativo formal, básicamente chicos que no tenían dinero para pagar los impuestos o que habían sido expulsados.
En el primer centro trabajamos como educadores y creadores de talleres. Participé en un taller de ecología con niños de los cursos V y VI (5º grado). En el segundo centro, trabajé primero como profesora de inglés y luego en el curso de actualidad, un curso que trataba diferentes temas socialmente conocidos que traíamos nosotros como profesores o los niños según su interés (ecología, cambio climático, amor romántico, igualdad de género, ciberacoso…).
¿Qué recomienda llevar?
¡Muchos calcetines y medias! Compré algunos allí. En segundo lugar, los jerséis pesados, ya que es frío y húmedo, además de que no tienen edificios con sistemas de calefacción que no sean calentadores eléctricos. Pero lo más importante es la amplitud de miras, tienen formas de trabajar muy diferentes a las nuestras y sobre todo poco ordenadas y organizadas. Yo era muy crítica en este sentido y esperaba un enfoque diferente, pero me di cuenta de que hay que respetar los tiempos y la forma de trabajar de los nativos.
¿Qué hacía en su tiempo libre? ¿Hay algún lugar que le guste recordar?
Estábamos en una zona un poco alejada de la ciudad, tardamos 40 minutos en llegar al centro. Busqué lugares a los que se pudiera ir andando cerca de casa. Cerro es muy activo en cuanto a las actividades artísticas, yo participaba en una clase de cerámica y tenía la oportunidad de pasear por el barrio para ir a la clase, además pasaba mi tiempo libre con la gente del lugar. Una cosa que me gusta recordar es el tiempo libre que pasé con un anciano, que fue mi segundo amigo en Uruguay. Nos sentábamos al lado de la carretera en la silla plegable y tomábamos mate. De todos modos, Uruguay es muy activo socialmente, hay teatros, manifestaciones y todo tipo de actividades.
¿Hubo algún momento en particular que le haga pensar en este año del Servicio Civil?
Aunque no han faltado momentos negativos, sobre todo por situaciones muy fuertes, me alegra decir que no son los primeros que me vienen a la mente cuando pienso en Uruguay. Un momento muy particular que se me ha quedado grabado es el del idioma y los niños del internado. Los niños no estaban acostumbrados a ver a los extranjeros hablando diferentes idiomas y en un momento dado estaban convencidos de que estaban hablando en italiano y no que estábamos hablando en español (ciertamente con un acento poco uruguayo). Siempre recordaré a un niño de 7/8 años que, cuando terminó de hablar conmigo, me puso la mano en el hombro y me dijo «gracias, es la primera vez que hablo en italiano», estaba encantado de haber hablado conmigo en «italiano».
¿Qué consejo daría a los jóvenes que están a punto de marcharse?
Se les dice que dejen sus prejuicios en casa, ¡todos estamos convencidos de que lo harán! Lo más importante es no tener prejuicios, pero no traer juicios y críticas, sólo añadirán frustración a tus días, ¡acepta lo que venga! Está bien proponer, pero nunca imponer tu forma de trabajar y pensar a los demás.